Se trata de una antigua tienda de ultramarinos, que ha sido reconvertida a bar. El local ha respetado parte del mobiliario antiguo, manteniendo el sabor de antaño. Con una decoración sencilla y cálida, gracias a las paredes vestidas de papel y unas estanterías llenas de libros, cuadros y pequeños detalles, en La Mantequería te sientes como en casa. Dispone de dos plantas, la de arriba da a la calle y disfruta de amplia luz del día; en la planta inferior han habilitado un espacio a modo de salón, con varios sofás, sillones, mesas bajas y la tenue luz de las lámparas, que resulta ideal para disfrutar de una tranquila tertulia.
La carta es bastante sencilla pero cuidada, se pueden degustar variedades de tapas, ensaladas, quiches, tostas, paté y salmorejo, una de las especialidades de la casa. Además, disponen de una variada lista de cocteles y copas y el ambiente es animado y joven.
La carta es bastante sencilla pero cuidada, se pueden degustar variedades de tapas, ensaladas, quiches, tostas, paté y salmorejo, una de las especialidades de la casa. Además, disponen de una variada lista de cocteles y copas y el ambiente es animado y joven.
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